El alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, ha visitado la obra, que incluye nueva señalización además de la mejora del firme en Trafaliño, Bobar, Jabato y Cruz de Martos
El alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, ha visitado las obras de mejora que el Ayuntamiento está realizando en cuatro caminos rurales de la Vega de Allá, donde se van a invertir 130.000 euros para acondicionar un total de cinco kilómetros de las vías de Trafaliño, Bobar, Jabato y Cruz de Martos.
El regidor ha comprobado la buena marcha “de una de las obras más importantes que, en materia de infraestructura, se han hecho desde el Área de Agricultura y que tienen que ver con caminos rurales”. Se trata de una zona, la de la Vega, en la que viven más de 300 vecinos y por la que pasan a diario cientos de personas que trabajan en los invernaderos y cortijos allí ubicados.
Es en esta zona, ha dicho Fernández-Pacheco, donde se desarrolla “el principal sector productivo de la ciudad, el que más puestos de trabajo genera y el que más riqueza aporta”. Es, además, “un espacio en el que viven una gran cantidad de vecinos”. De ahí que “el Ayuntamiento no puede rehuir su obligación ni su compromiso de mantener los caminos en perfecto estado”, ha asegurado el regidor, quien ha estado acompañado por el concejal delegado, Juanjo Segura, y responsables de la empresa Construcciones NILA, SA, que ejecuta los trabajos.
Señalización
Y es precisamente en esta línea en la que se está trabajando, de modo que no sólo se mejora el pavimento de estos cuatro caminos, sino que se busca ofrecer una mayor seguridad vial. “Se va a poner nueva señalización, tanto horizontal como vertical, y se va a limitar la velocidad a 30 kilómetros por hora para mejorar la seguridad no sólo de quienes aquí viven sino también de quienes aquí trabajan”, ha indicado Fernández-Pacheco.
El alcalde ha visitado los caminos ya pavimentados y ha escuchado las necesidades que le han planteado los vecinos de la asociación Bomar. En este sentido, Alicia Berenguel, tesorera de la entidad ha agradecido la obra y también el hecho de que se estén respetando los plazos de ejecución.
“Esta mejora es fundamental porque aunque se trate de una zona rural, vive mucha gente. Además, es importante también para la salida del género agrícola, puesto que si los caminos no están bien, los baches desestabilizan el producto y no llega en buenas condiciones a la alhóndiga”, confirma Berenguel.
El plazo de ejecución de la obra iniciada a finales de mayo es de treinta días. No obstante, la buena marcha hace pensar que la mejora terminará antes de que acabe el mes de junio.